Las
energías renovables son inagotables,
respetuosas con el medio ambiente y
también muy interesantes a nivel
económico. La energía geotérmica es una de las fuentes de energía
menos conocida pero la más eficiente.
Se
trata de una energía de producción
continua y gestionable que se encuentra almacenada bajo la superficie de la
tierra en forma de calor a una temperatura constante durante todo el año.
La
energía almacenada en el subsuelo se puede aprovechar con independencia de las
condiciones climatológicas y de la estación del año. En el área geográfica
española, por ejemplo, está disponible ya a partir de una profundidad de 1,5 m.
A una profundidad de tan sólo 14 m la temperatura del subsuelo se estabiliza en
aprox. 15°C, mayormente constantes a
lo largo de todo el año, y esta temperatura se incrementa en aprox. en 3°C por
cada 100 m de profundidad.
Es
una energía limpia que aprovecha el calor del subsuelo para climatizar de forma
ecológica, permitiendo un ahorro del 75%
en la factura energética y una reducción
de las emisiones de CO2.
Para
comprender el sistema de calefacción por energía geotérmica, es necesario entender el concepto de bomba
de calor. Es una máquina térmica que nos permite obtener
energía en forma de calor a costa de enfriar otro medio (aire, agua…). Digamos
que, aplicándole un trabajo (electricidad), traslada la energía de un lado
(foco frío) a otro (foco caliente).
Las bombas
de calor son aparatos altamente eficientes. No utilizan la energía que
consumen para producir calor, como las
calderas, sino para mover el calor de un lugar a otro, según nos convenga,
por lo que resultan mucho más eficientes
que los sistemas de combustión.
Una
bomba de calor es un sistema reversible, es decir, al mover el
calor, puede sacarlo o meterlo en el recinto que deseamos, generando calefacción o refrigeración. La bomba
geotérmica se puede aprovechar tanto para calefactar como para refrigerar la
vivienda.
La
energía geotérmica tiene muchas ventajas, y un único inconveniente: lo
aparatoso de la instalación, por lo que es conveniente planificar su instalación antes de la construcción de la casa
siempre que sea posible. Existen tres posibilidades de instalación geotérmica: bajo cimientos, que es la más práctica,
en horizontal, que necesita mucho
espacio libre de jardín, y en vertical,
que es la única que se puede hacer cuando la casa ya está construida y no
disponemos de mucho jardín.
Una
instalación de este tipo puede proporcionar a una vivienda una climatización integral de la casa y el suministro de agua caliente sanitaria.
La obra necesaria para colocar este sistema consiste en realizar una serie de
perforaciones o conducciones en un terreno disponible para intercambiar energía
con el suelo. En ellas, se introducen tubos por los que se hace circular un
líquido que absorbe o cede calor desde la bomba de intercambio geotérmico. Las
instalaciones pueden variar según las condiciones de espacio y características
del terreno.