El concepto de casa pasiva radica en una vivienda nueva
con una demanda energética mínima y un confort térmico máximo. Este
planteamiento sugiere que una casa pasiva no es más que la evolución
consecuente de una casa de bajo consumo energético, en la que se suprime
el sistema de calefacción activo.
Para llegar a conseguir este mínimo consumo
energético, se hace especial hincapié en utilizar elementos de construcción
exteriores con fuerte aislamiento térmico, ausencia de puentes térmicos
en la construcción, estanqueidad al aire, recuperación del calor del
aire exhausto del interior y recuperación del calor solar. Con ello se pretende
conseguir que la energía máxima que consume el edificio sea menor a 15 Kwh/m2
año, unas diez veces inferior al consumo medio de una casa
convencional.
Para conseguir el perfecto aislamiento es
necesario evitar a toda costa los puentes térmicos de la edificación, esto se
puede conseguir creando, siempre desde la fase de proyecto, una capa de aislante
térmico considerable, así pues, se cubre toda la vivienda sin puntos
débiles (puentes térmicos). Mínimo 20 cm para conseguir un coeficiente
de transmisión alrededor del 0,1 W/m2K que envuelva la vivienda en
su totalidad, con especial cuidado en las soluciones de esquina, y que incluya
dentro de su interior la estructura y la totalidad de espacios
habitables. De esta manera se consigue una casa protegida,
prácticamente hermética al exterior y capaz de mantener la temperatura
constante.
En cuanto a la parte más débil de las fachadas y
principal puente térmico de la construcción tradicional, las ventanas, es
a través de ella por donde se pierde la mayor parte del calor, pero al mismo
tiempo, deja entrar la luz del sol que participa en la calefacción de la
vivienda. Las casas pasivas, deben contar con ventanas preparadas para que sus
carpinterías no supongan un corte en la hermeticidad del edificio y con un
sistema de triple cristal que consigue que la transmisión térmica no sea
superior al 0,5 W/m2K, en comparación a las ventanas
tradicionales donde este valor suele rondar desde los 2 W/m2K
en las ventanas de PVC hasta los 5,7 W/m2K de una ventana
metálica sin rotura de puente térmico.
El uso de un triple acristalamiento aumenta
el confort térmico por su temperatura de superficie cercana al aire interior.
Por otra parte, el empleo de ventanas de gran tamaño deja penetrar más calor
y luz natural.
La
orientación del acristalamiento también es primordial,
una ventana situada al sur dispone de un ratio máximo de aprovechamiento
de energía y además con la importante autorregulación que supone la dirección
del sol. En invierno, que la energía es más necesaria, el sol es más bajo y la
transmisión de energía es máxima al ser casi horizontal. En verano la
trayectoria del sol es más alta con lo que la transmisión es oblicua y el
aprovechamiento menor, evitando un sobrecalentamiento.
Los acristalamientos norte son siempre
deficitarios, no presentan un gran aporte de energía solar en relación a las pérdidas
que suponen.
Las ventanas este, provocan un
sobrecalentamiento inferior a las situadas al oeste, pero ambas
orientaciones, también son deficitarias, tienen su máxima captación en
el amanecer o el atardecer, por lo tanto no juegan ningún papel en la captación
solar en invierno y aportando calor en verano cuando se quiere evitarlo.
En resumen, se deben maximizar las aberturas hacia
el sur, ser razonable con las del este y colocar un mínimo al oeste y norte, principios básicos de las casas
pasivas.
Otro de los puntos a tener en cuenta es la ventilación
mecánica permanente, es importante que la renovación del aire en una casa
hermética sea constante, este sistema distribuye aire fresco en los
espacios de vida (habitación, salón, oficina) y extrae el aire rancio de
los espacios utilitarios (cuartos de baño, cocina, aseos),
proporcionando una renovación de aire adecuada a la ocupación de la casa e
independiente del clima o el tiempo.
Por lo que una casa pasiva debe ser
concebida y construida de manera meticulosa. Con los materiales y técnicas de
construcción que existen actualmente es relativamente sencillo conseguir
que una edificación cumpla los parámetros de una casa pasiva y poder disponer
de un gran confort térmico y una calidad constructiva superior,
gracias a un concepto inteligente.